martes, 15 de mayo de 2018

Mi pequeña trasto.





Si hoy tuviera que pintar, pintaría lágrimas negras.

Lagrimas de tinta recién traída de China,
que como puños caen al charco de la vida que me vió nacer,
lágrimas que bajan enmarañadas con recuerdos, amores, ancestras, amigos ... con sueños.

Por eso no pinto cuando estoy así.






Me concedo el placer de pintar, por expresar, volar, dormir y meditar, sumergida por completo entre  tintas y pintura es cuando empiezo a flipar, y con mis manos recorro un pequeño trocito de sábana que encontré, mojada por la lluvia.








"Mi pequeña trasto,
toma mi pañuelo y sécate esas lágrimas,
que la noche se acerca y te perderás los mundos del más allá,
mira, abre los ojos y actúa de la mejor manera que puedas,
usa la tinta de tus lágrimas como fondo que deseas borrar, toca y siente,
saca el coraje y la fuerza que le quedan a tus manos...
y pintala.







Ella miro a la tela y solo veía manchas, 
y después de un largo silencio entre las dos, 
el pequeño trozo de sábana respondió,
Somos una pequeña trasto, tu me ves y yo te siento, te sueño, me inspiras, me deseas y te anhelo.
Rompe a pedazos las piedras que te han hecho dura, 
desaprende, 
retrocede y de un impulso vuela...
desata los hilos de seda con la que fueron tus alas, 
desentierra una a una las piedras de tu corazón y ama...
ama tan locamente como puedas,
tu y yo sabemos a ciencia cierta que es un lujo no estar tan cuerda."









Texto: Sonia Sempere
Foto: Sonia Sempere




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